Una imagen no siempre vale más que mil palabras

Han transcurrido ya más de XX campañas oceanográficas a bordo del BIO Hespérides. De hecho, el Buque cumple 25 años el próximo mes de marzo y cientos de personas ya han contado lo que ven o dejan de ver. Yo, voy a intentar hablar de lo que se siente, lo cual resulta complejo y ambicioso a la par que un reto. Por ello, en esta entrada no va a haber ni una imagen que por medio de la vista os condicione los otros sentidos.

Resulta increíblemente difícil describir con palabras lo que aquí se siente. Pero también resulta difícil explicarlo visualmente ya que, como me comentaba una de las investigadoras que más veces ha estado en la Antártida, da igual la cámara de fotos que tengas, de 100€ o 10000€; es imposible de plasmar la belleza de estos lugares en un número finito de píxeles.

En ocasiones, las imágenes faltan a la realidad ya que no solamente es necesaria la vista, sino también el olfato, el tacto, el oído e, incluso, el gusto. Porque sí, aquí hasta el aire huele diferente. Todo es diferente.

El otro día nos contaban en la BAE Gabriel de Castilla, en Isla Decepción, cómo llegó Jesús Calleja con su equipo de »Desafío Extremo» sin avisar. Entraron con las cámaras como un elefante en una cacharrería, rompiendo la esencia de la vida en esa playa especial alejada de toda civilización. Solamente para grabar unas imágenes, conseguir unos cuantos trillones de píxeles para mostrar nieve, frío y cuatro pingüinos. Quitando los pingüinos, lo que mostraron bien podrían ser los Pirineos, Sierra Nevada, etc. »Desafío Extremo» es llegar allí en noviembre, quitar toneladas de nieve de encima de tu casa y vivir allí cien días; no es llegar con una chaqueta de »The NorthFace» con publicidad de bancos bordada.

Si tuviese que describir que se siente aquí diría que es algo entre un documental, «la mili» y un campamento de verano. O lo que es lo mismo: estar rodeados de icebergs, ballenas, aves, delfines, etc; dentro de un Buque con régimen militar mientras convives durante mucho tiempo con personas alejado de tu hogar (y casi sin acceso a Internet). Al principio es demasiado chocante. Es demasiado chocante tener una ventana en tu camarote desde la que ves pingüinos saltando o que el BIO Hespérides haga un eslalon entre los Icebergs mejor que Messi ante la defensa de un equipo de tercera división.

Sales al exterior del buque, ya sea en el puente (arriba) o en la cubierta de popa (abajo), y eliges un punto al que mirar. El que quieras. Ya sea estribor, babor… donde te de la gana. El viento es increíblemente fuerte y frío, y si nieva los copos se clavan como cuchillos en la piel. No transcurren ni 5 minutos hasta que observas algún ave, mamífero marino o icebergs.

La fauna tiene una actitud distinta hacia el Ser Humano en estos lugares. Parece que se ríen de ti, te miran con el desdén de quién tiene el mejor hogar del mundo. Se acercan, te observan y se van; mirándote condescendientemente. Las aves vienen a ver si comen algo, a las ballenas les da por jugar con la proa del buque buceando por debajo de un lado a otro, yendo de babor a estribor y mareando a un grupo de científicos armados con cámaras fotográficas que por mucho que se esfuercen no van a captar ni un 1% de la esencia de ese momento. Se cachondean de nosotros: 25 años viniendo los mismos pardillos con chaquetones rojos, verdes o azules por aquí y aún desconocemos muchísimo de su hogar.

Según nos dicen desde pequeños, la Velocidad es igual al Espacio dividido entre el Tiempo (v=s/t); por lo tanto el Tiempo es igual al Espacio dividido entre la Velocidad (t=s/v). Ya que el Buque se mueve lentamente y recorremos un espacio muy grande: ¡El tiempo es enorme!. O lo que es lo mismo: La ruptura de la rutina, las experiencias nuevas y la belleza que te rodean hacen que tu vida se acelere al ir recorriendo lentamente espacios muy grandes, desconocidos y apasionantes. Aquí los días duran más de 24 horas.

Esto es un frenesí sensorial. Un frenesí al que le quedan 33 días.

Pablo Rodríguez Ros

1 comentario en “Una imagen no siempre vale más que mil palabras

  1. Me encanta!!. Es difícil hacerse una idea sin estar allí, es un privilegio reservado solo a unos pocos, pero gracias a vosotros lo vivimos también.
    Un abrazo enorme, y seguid disfrutando el frenesí antártico. 🙂

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