Posesión, una de las francesas Islas Crozet

Tras dos días de navegación llegamos a las Islas Crozet, un conjunto de islas que son territorio francés y dónde hay varias bases de investigación, así como estaciones meteorológicas. En concreto, hemos estado en la isla de la Posesión, realizando muestreos de agua, aire, sedimento marino, testigos en lagos, etc. Un sin fin de técnicas que servirán para comprender mejor los procesos ecológicos, geológicos y climáticos, entre otros, que se dan en las islas subantárticas y el océano Austral.

Los que trabajamos con gases y microorganismos estamos acostumbrados a que nuestro trabajo sea, a priori, poco llamativo. En ocasiones, “envidias” a colegas que trabajan con otras temáticas tan intuitivas y fáciles de apreciar como el estudio de los plásticos o los cetáceos. Pero, ya estamos acostumbrados. Así que, como siempre, lo más impresionante ha sido poder avistar la fauna del lugar. Algunos, entre los que me incluyo, tuvimos la suerte de desembarcar y hacer alguna ruta corta por la isla.

En la playa “Des Americans” pudimos observar una gran colonia de pingüino Rey (Aptenodytes patagonicusque rondaba los dos mil individuos. Sencillamente, impresionante. La mayoría estaban liberándose de las plumas viejas y estas volaban por toda la isla como semillas de dientes de león. Observar a tantos juntos recordaba al típico juego de “Buscando a Wally”. Podría haberse escondido aquí vestido de amarillo, negro y blanco, y no habría sido posible encontrarlo. El ambiente era increíble.

Estos pingüinos son más grandes que el pingüino Barbijo (Pygoscelis antarcticus), Papua (Pygoscelis papua) o Adelia (Pygoscelis adeliae); que vimos el año pasado en el Proyecto Pegaso. Se mueven con mucha elegancia y son tremendamente curiosos. Manteniendo siempre la distancia con ellos, llega un momento en el que uno se te acerca haciendo reverencias como queriendo comunicarse contigo. A veces, tras imitarlos una y otra vez puedes mantener verdaderas conversaciones con ellos.

Ejemplar de pingüino Rey (Aptenodytes patagonicus), el segundo más grande después del pingüino Emperador.

Grandes poblaciones de Petreles, albatros viajero (Diomedea exulansy Skuas también habitan en estas islas. En una de las playas, avistamos un grupo de Petreles Gigantes y Skuas devorando a un pingüino Rey, al cual se habían encargado de dar muerte.

Los picos lucían relucientes llenos de sangre mientras se peleaban por el mejor bocado. Recordaban a las típicas imágenes de aves carroñeras, como los buitres que aparecen en los documentales. Tal vez, dicho pingüino Rey estaba herido o débil y fue una presa fácil.

También pudimos observar grupos de elefantes marinos (Mirounga leonina), desde ejemplares de recién nacidos a los enormes adultos, pasando por los juveniles. Es difícil apreciar en las fotos el tamaño real de estos animales. No solo sorprende su longitud, sino también su volumen corporal. Son auténticas moles, perfectamente adaptadas al ambiente.

Según los expertos, aún se sabe muy poco de los hábitos alimenticios y la dieta de los individuos de esta especie. Sin embargo, sí se conoce que bajan a grandes profundidades para alimentarse. Cuando están fuera del agua suelen estar durmiendo o peleándose entre ellos. Al luchar, inflan su característica “trompa” e intentar clavar los dientes en el cuerpo, y principalmente en el cuello, del adversario.

Ser testigo de este espectáculo de la naturaleza ha sido una experiencia inolvidable. Ahora, seguimos rumbo este, dirección Islas Kerguelen, también francesas. Después, tendremos alrededor de dos semanas de navegación hasta Hobart (Tasmania).

Pablo Rodríguez Ros, isla de la Posesión, enero 2017.
Pablo Rodríguez Ros, isla de la Posesión, enero 2017.

Pablo Rodríguez Ros

3 comentarios en “Posesión, una de las francesas Islas Crozet

  1. Si las gaviotas patiamarillas llegan a depredar a las pequeñas aves migradoras que atraviesan la mar, obligándoles a amarizar para poder hacerse con ellos con más facilidad, qué no podrán los págalos, verdaderas acosadoras marinas, sobre los mayestáticos pingüinos.

    No me extraña que prefieran vivir hacinados, con tal de elevar su perpectiva vital.

    Salud y buena proa, A.T.

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    1. Hola,
      Por fin tengo un rato para escribirte. Muchísimas gracias por seguirnos tan fielmente. Se agradece tener lectores, y compañeros de mar, tan apasionados como tú. ¡Es un placer! Nos seguimos mutuamente los pasos.
      Sinceramente, gracias de corazón.
      Un abrazo,
      Pablo

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