Los otros corales

Marcos Fontela, investigador postdoctoral en el Instituto de Investigaciones Marinas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IIM-CSIC), nos descubre los arrecifes de coral de aguas frías, que habitan en las profundidades del Atlántico Norte.

¿Conoces los corales de mil y un colores que salen en los documentales? ¿Esos arrecifes de aguas cristalinas? Claro que los conoces y, gracias a #MooreaMe, es posible que ya seas un experto en ellos. Pero, como de esos corales ya te pueden hablar los “suertudos” que están de campaña en la isla de Moorea (sí, ¡yo también los envidio!), te voy a hablar de los otros corales.

Porque sí, hay otros arrecifes de coral. Es cierto que quizás no son tan bonitos, pero son igual de interesantes, y hasta puede que bastante más inquietantes… Me estoy refiriendo a los arrecifes de coral de aguas frías. Estos corales viven a gran profundidad, en zonas oscuras y poco accesibles. No destacan por su colorido, ni es posible bucear entre ellos. De hecho, la cantidad (y calidad) de imágenes y vídeos disponibles públicamente de estos ecosistemas es aún muy limitada. ¿Se nota en las fotos del post, verdad?

EUO © OCEANA 39753
Arrecife de coral (Lophelia pertusa). Banco de Cabliers, Mar de Alborán. Fuente: © OCEANA Europe.

 

“Ey Marcos, nos dijiste que los otros corales no eran de colores ¡y ahí hay un bicho naranja!” Lo sé lo sé, y de hecho no es un coral de profundidad, sino una estrella de cesta gigante, una pariente del grupo de las estrellas de mar. Y es que los corales de Lophelia pertusa (las “ramas” blancas que se ven al fondo) forman hábitats por sí mismos, ¡otra razón más para conservarlos!.

Aunque su distribución es global, las características químicas del agua del océano Atlántico les sientan genial. A nivel mundial, casi un 80% de los arrecifes de corales situados a más de 1.500 metros de profundidad se encuentran en el Atlántico Norte. Y es que a pesar de que estos corales no necesitan aguas cálidas y bien iluminadas donde hacer la fotosíntesis como los corales tropicales de Moorea, tienen otras necesidades. Hasta ahora, las aguas del Atlántico Norte les han dado todo lo que necesitaban: un ambiente favorable para crecer y un aporte continuo de comida cayéndoles desde arriba.

No parece mal plan de vida, ¿verdad? Pues no… De este modo las comunidades de corales de aguas profundas llevan acomodadas miles de años en esa vida fácil. Además, y a diferencia de las comunidades de zonas cercanas a la costa, ¡estos corales ni siquiera tienen que preocuparse por las redes de arrastre de los barcos pesqueros! Aun así, un peligro invisible amenaza con hacerle la vida imposible a las comunidades de corales de aguas frías.

Ese peligro tiene que ver con el material del que forman sus arrecifes. Los corales formadores de arrecifes, ya sean de aguas frías o cálidas, presentan estructuras calcáreas, es decir, su cuerpo está formado de un material similar al de las conchas de las playas: carbonato de calcio. Los grandes arrecifes de coral profundos se encuentran principalmente en zonas en las que las características del agua que les rodea favorecen el crecimiento de sus estructuras calcáreas. En concreto, hay una característica química que es especialmente necesaria: la cantidad disponible de iones carbonato. Resumen simplificado: ¿Qué necesitas para construir un muro de ladrillos? Que haya ladrillos. ¿Qué necesitan los corales para hacerse un esqueleto de carbonato? Que haya iones carbonato. Más fácil así, ¿no?

Hasta ahora las aguas profundas del Atlántico Norte eran químicamente adecuadas para los corales de aguas frías, es decir, había iones carbonato en exceso. Pero en un futuro no tan lejano, pueden pasar a ser aguas desfavorables debido a uno de los grandes problemas del cambio global: la acidificación oceánica.

El aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera ya ha provocado múltiples cambios en la química del océano: desde una disminución en la cantidad disponible de iones carbonato hasta una disminución del pH (sí, lo que todos nosotros solemos asociar con el término acidificación, pero ojo: ¡el agua de mar NO es ácida!).

Investigando el Atlántico Norte

Tengo la tremenda suerte de formar parte de un grupo de investigación que estudia estos cambios químicos en el Atlántico Norte. Lo sé, no suena tan cool como bucear entre corales del Pacífico (¡ejem!), pero como decimos en mi tierra: “ye lo que hay”. Lo que hemos detectado es que, en la actualidad, la cantidad de iones carbonato disponibles para las comunidades de corales de aguas profundas es casi un 50% menor que hace 250 años. Y si el ritmo de emisión de CO2 se mantiene como hasta ahora, un 70% de las comunidades de corales de aguas profundas del Atlántico Norte van a encontrarse viviendo en un medio que no es el adecuado para su crecimiento y desarrollo antes de final de siglo.

¿Serán capaces de sobrevivir los corales de profundidad en estas aguas? ¿Haremos algo por impedir que nuestras emisiones de gases de efecto invernadero sigan como hasta ahora? Y lo más importante: ¿nadie va a bajar a ver estos corales con un equipo de cámaras de alta definición como para poder tener unas fotos y vídeos de calidad que incluir en este post? Bromas aparte, éstas y otras preguntas, las tendrán que contestar los científicos del mañana, ¡que ojalá seáis alguno de vosotros!

Arrecife coral_Aviles_© IEO_FSanchez
En el sistema de cañones submarinos de Avilés, existen arrecifes de corales de aguas profundas. Las fotos y vídeos de estos ecosistemas se consiguen bajando equipos robotizados (ROV, por sus siglas en inglés) desde buques oceanográficos. En este caso, la fotografía es de una de las campañas del proyecto INDEMARES. Fuente: Francisco Sánchez, del Instituto Español de Oceanografía (IEO).

Aquí os dejo un vídeo publicado por el Centro Oceanográfico de Gijón / Xixón del IEO con imágenes submarinas del Cañón de Avilés, un sistema de cañones submarinos que se encuentra en la costa asturiana y que pertenece a la Red NATURA 2000. Fueron obtenidas en las campañas del Proyecto INDEMARES. Si la música de fondo te da sueño, siempre puedes abrir otra pestaña del navegador y ponerte de fondo algo de Metallica o AC/DC (créeme, mejora).

 

Marcos Fontela

Marcos FontelaMás sobre Marcos Fontela:

«Me llamo Marcos Fontela, y me dedico al estudio del medio marino desde el año 2005. Tras acabar las licenciaturas de Ciencias del Mar en la Universidad de Vigo y Biología en la Universidad de Santiago de Compostela, y después de un tiempo de trabajo en el ámbito público y privado, me incorporé como contratado predoctoral en el Instituto de Investigaciones Mariñas del CSIC de Vigo. En marzo de 2018 finalicé la tesis, y ahora continúo como postdoctoral, investigando el ciclo del carbono junto al CO2 group del Departamento de Oceanografía.

Tuiteo regularmente desde @MarcosFontela, donde voy contando las campañas y proyectos en los que participo, así como el resto de mis aficiones: el buceo, la literatura y la música (¡qué no todo va a ser ciencia! Bueno… casi todo ;))»

 

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